Nota del editor

Una memoria, dice la RAE, es un “texto en el que una persona narra su propia vida o recuerdos de ella”, pero es la “facultad o capacidad de recordar”. Es por esto que creo que el título de Memorias encapsula a la perfección la esencia de los tres textos que pertenecen a esta colección. No solo porque son textos que responden al formato de una memoria, pero también porque exploran vivencias de la autora que surgen a partir de sus experiencias al crecer y al tratar de comprender el complejo mundo que nos rodea. Estos tres textos, a pesar de ser de una naturaleza sumamente personal, nos presentan cuestionamientos universales de la experiencia humana que seguramente resonarán de una u otra manera con cualquier persona que los lea.

Es a partir de memorias que los textos se complementan entre sí y presentan una progresión tan natural como la vida misma, la cual, mediante preguntas inocentes pero honestas, intentan descifrar. Deseos representa la inocencia de la niñez y la nostalgia que sentimos por ella, por volver a ser un niño lleno de sueños e ilusiones, y por volver a sentir esa magia en la que todos solíamos creer. Mujeres y generaciones es crecer, es empezar a interesarte no solo en tu experiencia única pero en las historias de otras personas; es esa búsqueda que te lleva a querer conocer (y realmente conocer) a tu propia familia, y al hacerlo, ir entendiendo que cada persona tiene una manera diferente de ver la vida, porque a cada uno le ha tocado enfrentarse a dificultades y obstáculos diferentes a los que se te han presentado a ti. Mi ojo tiembla es adentrarse en el mundo de los adultos, es empezar a trabajar y enfrentarse a las expectativas que la gente tiene de ti y que tu tienes de ti mismo; y al hacerlo, enfrentarse a la difícil tarea de saber qué hacer con tu vida. Y en las tres etapas está presente el constante desafío de tratar de entender el mundo y de hacerse preguntas para las cuales tal vez no hay respuestas, sabiendo que aún así, siempre estaremos en búsqueda de ellas.